Los mejores vinos italianos son el maridaje perfecto para la comida italiana y las recetas de otras latitudes, dada su indudable calidad. Se repasa cuáles son los más indicados para comenzar a disfrutar de un vino tan desconocido como excelente, gracias a su variedad.
Italia, una inmensa región vinícola
En el país hay más de 30 000 bodegas y unas 400 zonas productoras, por lo que resulta casi imposible probar todos los vinos producidos en el país. Lo mejor es que existen diversas denominaciones de origen que velan por la autenticidad y el seguimiento de un proceso determinado en la elaboración de cada caldo. Desde el vino espumosos italiano al tinto, pasando por el dulce, hay un vino perfecto para cada comensal que se siente en un restaurante italiano.
Vinos imprescincibles y su madiraje
Para que sea más sencillo distinguir el origen de cada referencia, nada mejor que repasar cuáles son los vinos más conocidos de Italia.
Barolo
Procede de la ciudad homónima del Piamonte. Se elabora a partir de uvas nebbolo y sorprende por su elegancia. El proceso de maduración alcanza los 38 meses (los 18 primeros en barrica), por lo que sus matices gustativos son perfectos para acompañarlos con platos de carne o pasta.
Chianti
Proviene de las colinas del mismo nombre cercanas a Siena. En cada copa se pueden encontrar aromas a madera, pinceladas afrutadas y una potencia que deriva de la uva sangiovese. Las ocho áreas productoras consiguen variedades excelentes de un vino de color negro que encaja a la perfección en los sabores más intensos.
Lambrusco
Procede de las zonas de Emilia-Romaña y Lombardía. La uva que le da nombre crece en buena parte de Italia, lo que facilita que se produzca este vino espumoso, que puede ser blanco o rosado. Elegir una buena bodega es sinónimo de poder protagonizar una experiencia gastronómica perfecta. Va muy bien con todo tipo de platos este vino espumoso italiano.
Prosecco
Este vino espumoso a base de uvas glera es de los más representativos del Véneto. Resulta posible elegir entre los más secos y los intermedios. Su dosis de carbónico acentúa su sabor, que, por cierto, se ha revelado como perfecto para maridar con platos de pescado o carnes magras.
Barbaresco
Se cultiva en el área que le da su denominación, situada en el departamento de Cueno. Su sabor es suave y muy equilibrado, por lo que marida muy bien con un queso potente, carnes magras, platos de pasta, trufas e incluso postres. Sin duda, se ha consagrado como uno de los grandes vinos italianos.
Vino santo
Se cultiva en la Toscana con uva malvasía y trebbiano. Recuerda a nuestro moscatel, pero con más cuerpo y finura. Resulta perfecto para acompañar postres, como los cantuccini (dulces de almendra de textura recia), o a modo de digestivo. Su agradable sabor es siempre interesante para rematar una comida a base de recetas italianas.
La opinión del experto
Al ir a comer a un restaurante italiano, nada mejor que dejarse asesorar por un experto que aconseje sobre el mejor maridaje posible para la elección. Se recomiendan solicitar la carta de vinos y probar nuevas referencias para conseguir que la comida o cena sea mucho más completa.
Los mejores vinos italianos suponen siempre un recurso infalible para traer un trozo del país de la bota a la mesa. En cada copa hay elementos diversos que permitirán recorrer la geografía transalpina en cada sorbo. Solo así resulta más fácil entender la grandeza de la comida italiana y las indudables virtudes de sus vinos. Todo sea por disfrutar al máximo de los sabores de una cocina tan imprescindible como llena de sorpresas.
