¿Qué sería de un restaurante sin sus postres? ¿O de cualquier gastronomía sin sus dulces? No entendemos una cosa sin la otra, ¿verdad? Y, por supuesto, si hablamos de postres típicos italianos no entenderíamos esta cocina sin su plato más icónico y emblemático, el tiramisú. Cremoso, suave y delicioso, es uno de los postres con más proyección internacional y sobre el que, probablemente, más variantes se hayan realizado.
En La Piccola Stanza podrás degustar, por supuesto, el Tiramisú Clásico Italiano, el de toda la vida, realizado con la receta tradicional que pasa de generación en generación. Pero, hablando de variantes, nosotros también hemos realizado la nuestra, se trata de nuestro Tiramisú de Nutella, todo un festín para los más golosos.
Los amantes del chocolate y el café están de enhorabuena porque nuestros postres, ¡están para chuparse los dedos! ¿Aún no has probado nuestros dos tiramisús? El clásico para los que no les gusta arriesgar y el de Nutella para los que les encanta probar cosas nuevas.
Elijas el que elijas, ¡te aseguramos que no te arrepentirás! Y es que su cremosidad y suavidad aunadas con ese sabor tan intenso que tanto le caracteriza, hace las delicias de cualquier paladar. Un postre que, por supuesto, no podía faltar en nuestra carta, porque, ¿qué sería de la gastronomía italiana sin su tradicional tiramisú?
Receta para preparar un buen tiramisú casero
Como hemos mencionado anteriormente, es una realidad que este postre italiano cuenta con multitud de variantes por todo el mundo. Aunque, conviene saber, que no todo vale para su elaboración, ya que puede perder su esencia en el proceso.
Si algo hace único a este plato es la sencillez de su elaboración y el sabroso resultado final que ofrece con tan pocos ingredientes, puesto que se basa en: Queso mascarpone, bizcochos de soletilla, cacao o chocolate rallado, yemas de huevo y café. Todos ellos dan forma a uno de los postres con más historia de la cocina italiana.
¿Te gustaría elaborar el tuyo propio? Como sabes, en nuestro restaurante elaboramos nuestros platos con las recetas tradiciones traídas directamente de Italia, algo que, por supuesto, también aplicamos a nuestros postres. Por eso, hoy queremos compartir contigo nuestra receta para preparar un tiramisú casero tradicional.
No podemos prometer que te salga igual que a nuestros chefs, pero te daremos una serie de secretos que muy pocos saben para que puedas deleitarte con el mejor dulce italiano. ¡Vamos a ello!
El café es uno de los ingredientes principales de esta receta, por lo que vamos a empezar por prepararlo y dejarlo enfriar. ¿ Qué tipo de café debes emplear? Te recomendamos que no escatimes, ya que la calidad de los productos tendrá mucho que ver en el resultado final del tiramisú y, aunque no lo creas, el café también es importante. Por lo que, ¡nada de cafés solubles o similares! Y tampoco te aconsejamos que sea café preparado de días anteriores. Es preferible emplear un café expreso de calidad recién preparado.
Es el turno de los huevos. En primer lugar, debemos separar las yemas de las claras. Cogemos las claras y las montamos a punto de nieve ligero. Sobre el batido de las claras es importante ni pasarse, ni quedarse cortos, ya que hay que asegurar el punto corrector de espesor que ayude después a incorporarlas al resto de ingredientes. Para conseguirlo, empezamos batiendo a baja velocidad y vamos acelerando a medida que empiece a espumar. Te aconsejamos realizar este batido con unas varillas eléctricas, las típicas de repostería, para que no tengas que hacerlo a mano, ya que de esta forma garantizas un mejor resultado, más cómodo y rápido.
Una vez tengamos esto, debemos batir las yemas con el azúcar hasta blanquearlo, hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto por completo. ¡Es importante que pierda su granillo! Para que esto pase solo existe un secreto: Batir, batir y batir. La crema que obtendremos tendrá un color amarillo pálido, como si de un puré de patata se tratase. ¿Y cómo podemos saber que se ha disuelto todo bien? Apunta este truco que te será muy útil. Coge un poco de esa crema que hemos obtenido entre dos dedos y frótala suavemente. ¿Notas el granillo en los dedos? ¿No? ¡Pues entonces está listo!
Ahora vamos con el queso mascarpone y lo añadiremos a esta crema de yemas que acabamos de preparar. Es importante que utilicemos este tipo de queso y no otro similar, ya que hay algunas recetas que en vez de utilizar el mascarpone lo sustituyen por crema de queso y créenos, ¡el resultado no es el mismo! Además, te aconsejamos que esté a temperatura ambiente y ligeramente removido para que se integre mejor con el huevo a la hora de mezclarlo. Precisamente, ese mezclado debe ser suave, sin batir y con movimientos envolventes. Es importante hacerlo así para que no pierda ese aire incorporado. Te recomendamos que utilices una espátula de silicona y que lo realices siempre de abajo hacia arriba. Ten en cuenta que en este proceso la mayor virtud será la paciencia, pues tenemos que conseguir una mezcla cremosa, ligera y esponjosa.
¿Lo tienes? Pues entonces ahora debemos añadir a esta mezcla las claras y mezclarlo todo nuevamente de forma suave y envolvente como hemos hecho hasta ahora. Como resultado final obtendremos una textura suave y cremosa. ¡Y ya tenemos lista una parte del tiramisú!
¿Tienes los bizcochos? Es hora de preparar la base de nuestro delicioso postre. Mojamos los bizcochos en el café frío que hemos preparado al principio, ¿recuerdas? Como ha sido lo primero que hemos realizado ya tendremos nuestro café frío y listo para utilizar. Por lo que, los mojamos en él, sin ahogarlos, y los colocamos en la base de nuestro molde o recipiente. Seguidamente, extendemos por encima una capa de la crema que hemos preparado, bien repartida, ¡no te dejes ningún hueco sin rellenar! Y volvemos a repetir el proceso de nuevo.
Por último, sobre la base de crema que nos ha quedado, espolvoreamos una fina capa de cacao en polvo. ¡Este es el toque final de nuestro tiramisú! Pero cuidado los golosos, hay que espolvorear un poco, no debemos pasarnos. El equilibrio entre todos los ingredientes es lo que hace de este plato un postre único, por lo que debemos ser comedidos con las cantidades. Precisamente, para que esto no pase, te recomendamos utilizar un colador, así lo espolvorearás mucho mejor y en la cantidad adecuada.
¡Un último consejo! Antes de servir este postre te recomendamos que lo saques de la nevera 10 o 15 minutos antes y que espolvorees otra fina capa de cacao en polvo para que coja más sabor justo en el momento de consumirlo. Y no te preocupes por guardarlo en la nevera, el reposo hará que la consistencia de nuestro tiramisú sea perfecta y que no se desmorone a la hora de servirlo manteniendo toda su esponjosidad intacta.
¡Es hora de poner en práctica todo lo aprendido! ¿Te animas a preparar tu propio tiramisú? Como ves, su elaboración es bien sencilla, solo hay que prestar atención a los procesos, a las cantidades y elegir, por supuesto, ingredientes de alta calidad. ¡No escatimes! Si quieres disfrutar del mejor postre italiano, debes emplear los mejores productos para su elaboración. ¡Manos a la obra!