“Lasagne alla Bolognese” uno de los platos más tradicionales e icónicos de la gastronomía italiana y con mayor proyección en el mundo entero. Pero, a pesar de estar tan extendida, el secreto de la auténtica receta de lasaña boloñesa italiana sigue siendo un misterio, pues su salsa, al contrario de lo que podemos pensar o llegar a hacer en casa, no se basa, simplemente, en freír carne y añadir tomate frito, sino que su elaboración requiere de tiempo y paciencia. No se trata de una receta complicada, pero si algo laboriosa como la mayoría de platos tradicionales de este tipo de cocina.
Deliciosa y muy sabrosa, con recetas caseras basadas en productos frescos y elaboradas con mimo y mucha paciencia. Ese es el verdadero secreto de la cocina italiana y, también de este plato tan tradicional, una buena bechamel y productos frescos. Y es que, si hablamos de tradición tenemos que hablar también de historia, ya que la “lasagne” es catalogada por historiadores como el primer tipo de pasta sobre el que se tiene constancia.
Concretamente, este plato ha ido evolucionando con el paso del tiempo pues, en sus inicios, se trataba de una masa que se freía para hacer con ella una pasta. Muy popular en Roma, evolucionó hasta convertirse en el envoltorio de una especie de pastel que se elaboraba con todo tipo de verduras, carnes y pescados y que se hacía al horno. Sin duda, una versión que ya se va pareciendo más a lo que hoy entendemos por la lasaña.
Hoy en día, se realizan infinidad de recetas sobre este plato, como, por ejemplo, nuestra lasaña de espinacas y ricotta, nuestra variedad vegetariana elaborada con verduras frescas y uno de los quesos italianos más icónicos. Pero no solo nosotros realizamos nuestras propias versiones, sino que, por si no lo sabías, en Italia, en las zonas rurales del país, suelen elaborar sus lasañas con todo tipo de productos, entre ellos diferentes variedades de carne que se asan, se desmenuzan y se utilizan para preparar la salsa boloñesa que la baña.
Cómo se elabora la salsa boloñesa
Si queremos elaborar una auténtica lasaña italiana no debemos descuidar la elaboración de su salsa, pues es el elemento principal de este plato y quién determinará el éxito o el fracaso del mismo. Como hemos mencionado anteriormente, preparar esta salsa no es solo freír y aunar la carne con el tomate, sino que requiere de tiempo y dedicación. ¿Sabías que a la salsa boloñesa también se la denomina salsa de ragú y que es típica de la ciudad de Bolonia?
Para comenzar a preparar esta receta primero debemos empezar por las hortalizas, concretamente, por la zanahoria, el apio, el ajo y la cebolla. Córtalas en trozos pequeños a fin de que no destaquen demasiado sobre la carne, lo ideal es que quede todo homogéneo. Pochamos todas las hortalizas con aceite de oliva a fuego lento, durante unos 10 minutos aproximadamente. Cuando veas que todo empieza a dorarse es el turno de echar la carne. Cocínalo todo junto sin prisa. Una vez que veas que la carne cambia de color, es el turno del vino blanco, el cual deberás agregar y dejar que se evapore poco a poco. ¡No te olvides de remover! Es importante que todo se cocine junto.
La segunda parte tiene como protagonista el tomate. Para ello, os aconsejamos que utilicéis tomate pera, ya que tiene mucha más carne para realizar la salsa, y también necesitaremos tomate concentrado, del cuál utilizaremos algunas cucharadas dependiendo del número de comensales. Lo primero es picar el tomate pera y agregarlo en nuestra cocción con un vaso de agua y unas cucharadas de tomate concentrado. Debemos dejar que se haga todo bien, a fuego lento mientras seguimos removiendo durante unos 20 minutos más. Recuerda la importancia de la paciencia, pues para conseguir una buena salsa es muy importante respetar los tiempos de cocción.
Durante todo el tiempo que dure la cocción, verás que la salsa comienza a secarse, es normal ya que la carne y las hortalizas absorberán todo el agua y el vino que echemos. Por eso, vete agregando más agua poco a poco. Puedes añadirle también vino, pero deberás cuidar que todo el alcohol se evapore, sino el sabor no será agradable. Incluso, en las recetas más tradicionales, utilizan leche a la hora de cocer la salsa. ¡Puedes hacerlo como quieras! Pero procura no pasarte, ten en cuenta que esta receta se basa en conseguir una salsa espesa donde la carne y las hortalizas se fusionen con el tomate.
Últimos pasos en la elaboración de la lasaña boloñesa
Ahora que ya tenemos lista y preparada nuestra salsa boloñesa, es el momento de elaborar la salsa bechamel. ¡Pero casera! En esta receta, como puedes comprobar, todo se hace a mano, de forma tradicional. Solo así conseguirás ese sabor tan característico. Porque cuando las cosas se hacen con paciencia y amor, se notan.
El proceso de elaboración de la bechamel es muy sencillo. Primero empezamos con la mantequilla. Corta un trozo y caliéntala en un cazo hasta que esta se funda bien. Posteriormente, añade la harina y remuévela hasta que se fusione con la mantequilla. Debes también cocinar un poco la harina, por ello continúa con el proceso hasta que esta se tueste. Una vez la tengamos lista es el turno de la leche. Échala caliente en la mezcla que ya tienes sin dejar de remover y cuécelo todo durante unos 20 minutos aproximadamente hasta que espese. Una vez esté la masa lista, salpimiéntala al gusto. Te aconsejamos también que le añadas un poco de nuez moscada, le aportará un muy buen toque.
Con la bechamel lista, es el turno ahora de empezar a montar la lasaña. Para ello, lo primero que debes hacer es cocer las láminas de pasta. Sigue las instrucciones del fabricante, pues cada uno tendrá un procedimiento distinto, con algunas bastará un simple golpe de calor, otras requerirán de más tiempo y algunas, simplemente, con meterlas al horno es suficiente.
Y una vez que hayas realizado el paso anterior. ¡Es hora de montarla! Utiliza una fuente que sea apta para horno y comienza echando un poco de salsa bechamel, después, encima, coloca la primera lámina de pasta y cúbrela con la salsa boloñesa, añade salsa bechamel y coloca una nueva lámina. ¡Y así hasta rellenar toda la fuente! Una vez que todo esté montado, te recomendamos espolvorear queso rallado por encima y al horno durante unos 15-20 minutos aproximadamente.
¿Cuándo sabré que la lasaña está lista para servir? Fíjate en el queso, cuando se dore o se haya fundido es el momento de sacarlo del horno y dejarlo reposar unos minutos antes de servir.